Axesor mantiene la calificación no solicitada de la República de Portugal en BBB con perspectiva estable

10/01/2022

En su revisión del mes de enero Axesor Rating mantiene la calificación no solicitada de Portugal en BBB con perspectiva estable, por la recuperación observada en 2021 que impulsará el crecimiento del país durante el próximo bienio.

Desde la agencia europea de calificación crediticia ponen el acento en la recuperación de la demanda interna que, en los nueve primeros meses del pasado año, estuvo cerca de alcanzar los niveles pre-pandemia (98,7% frente al 91,6% registrado por España en el mismo periodo). Asimismo, la recuperación de la actividad turística y el impacto de los más de 16.600 millones de euros de los Fondos Europeos, contribuirán a que la senda de crecimiento se prorrogue a lo largo de 2022, elevando el PIB de la República de Portugal hasta el 5,8%, casi un punto por encima de lo previsto en la revisión del mes de julio.

La calificación de crédito de BBB con tendencia estable valora, de nuevo, la fortaleza del mercado laboral luso que cerró el ejercicio de 2021 con una tasa de paro del 6,9%, medio punto por debajo de lo previsto en la revisión del mes de julio. De cara a 2022 se espera que continúe esta tendencia a la baja y se produzca una nueva corrección de dos décimas, hasta el 6,7%.

No obstante, desde Axesor Rating continúan alertando de la dualidad del mercado de trabajo luso como principal debilidad “especialmente entre personas cualificadas y no cualificadas”, así como de la temporalidad. Ambos factores suponen “una reducción al potencial de crecimiento futuro a la vez que fomentan el éxodo de trabajadores -principalmente de los más jóvenes- hacia otros mercados europeos. Hecho que agrava el problema demográfico”.

La demografía es, precisamente, uno de los factores que constriñe la calificación. Portugal cuenta con previsiones de crecimiento vegetativo negativo ‐0,17% en 2021- y una tasa de dependencia del 64,6% de la población entre 20 y 64 años, con tendencia a empeorar en las próximas décadas por descenso de la natalidad y el aumento de la esperanza de vida hasta los 81 años. “Todo un reto para el potencial de crecimiento de la economía portuguesa, tanto por la menor propensión al consumo de las personas de mayor edad como por la presión que ejercerá el gasto asistencial sobre las finanzas públicas”.

La calificación de BBB con tendencia estable otorgada a la República de Portugal se encuentra constreñida por la caída de la actividad turística y la alta dependencia del sector energético exterior, lo que ha impactado en la evolución de la balanza por cuenta corriente que en 2021 registró un déficit del -0,8%. A este respecto, y pese a la recuperación esperada para los próximos dos años (-0,2% tanto para 2022 como para 2023), no se prevé que se recuperen lo valores positivos hasta 2024. Asimismo, tal y como se explicaba en el informe del mes de julio, Portugal mantiene una “elevada dependencia de los flujos financieros externos”, con una deuda externa que se situó en el 106,4% del PIB en 2020 y en el 101,4% del PIB el pasado ejercicio. Todo ello “acentúa la sensibilidad de la economía lusa antes posibles shocks financieros procedentes del exterior”.

Inflación contenida respecto a los principales países europeos

Dada la coyuntura actual en la calificación se ha valorado la evolución del nivel de precios en el país luso. Pese a que se prevé un empeoramiento con respecto a 2020 (ejercicio en el que se registró un negativo del -0,1%), las perspectivas para 2021 y 2022 se fijan en el 0,8% y 1,6% muy por debajo de las previsiones esperadas para los principales países europeos, entre ellos, España, donde se estima un crecimiento de los precios en el entorno del 3% en ambos ejercicios.

Respecto al déficit público, la agencia europea de calificación crediticia considera viable que éste se reduzca hasta niveles del -3,4% y del -2,8% en 2022 y 2023 respectivamente, continuando con la tendencia iniciada el pasado ejercicio y camino de la convergencia con los límites establecidos por el Tratado de Maastricht.

Dicho lo anterior, desde Axesor Rating alertan del “elevado” nivel de deuda pública, con una previsión de cierre para 2021 que superará el 128% y que “no esperamos que alcance los niveles previos a la crisis hasta 2025”, apostilla el informe. No obstante, la calificación tiene en cuenta la mejora del perfil de la citada deuda, con reducciones de la vida media hasta los 7,7 años y del coste medio hasta el 2,2%.

El informe destaca también que, un año más, las emisiones de deuda siguieron siendo la principal fuente de financiación del Gobierno portugués (68% del total de la deuda), principalmente bonos de tipo fijo (150.000 millones), así como el hecho de que prácticamente toda ella esté emitida en euros (sólo 3.000 millones corresponden a otras monedas). Por otra parte, la calificación valora que, tras haber pagado por adelantado en años anteriores el tramo del rescate correspondiente al FMI, la deuda pendiente correspondiente al rescate se mantiene en 98.000 millones de euros.

Por otra parte, la calificación otorgada a Portugal por Axesor Rating ha tenido en cuenta el “intenso ejercicio de saneamiento” de los balances financieros de la banca desde la crisis de 2008. De hecho, el sistema financiero luso cerró el segundo trimestre de 2021 con un ROA del 0,4%, mejorando en cuatro décimas el alcanzado a cierre de 2020.

Adecuado marco institucional

Portugal registra los mejores rangos de gobernanza de la Unión Europea y muestra un adecuado marco institucional que se reconoce con su posición de cabeza en los rankings de transparencia y supervisión y control elaborados por el Banco Mundial.

Pese a la incertidumbre que rodea a las elecciones convocadas para el próximo 30 de enero, la calificación tiene en cuenta el clima de entendimiento y coordinación de los distintos partidos políticos ante la nueva recuperación económica. Hecho que se refleja en la aprobación de los Presupuestos Adicionales para 2020 y del plan presupuestario para 2021.

Con todo, desde Axesor Rating consideran favorable la pertenencia a la Unión Europa -la cual presidió durante el primer semestre del año 2021-, viéndose la economía favorecida por el uso de una moneda única, la cooperación económica entre las diferentes potencias integrantes y el acceso a ayudas antes situaciones de desequilibrio como la actual crisis económica por el COVID-19.